LO QUE SE DEBE Y NO SE DEBE HACER EN EL CUIDADO PERSONAL DE LOS PIES
Cuidar los pies es bastante sencillo para la mayoría de las personas y les permite disfrutar de una buena salud de los pies.
HACER
.Lavar los pies, incluidos los dedos, diariamente con agua tibia y un jabón suave.
- Seque completamente los pies y entre los dedos después de lavarlos.
- Hidratar los pies, pero no entre los dedos, después de lavarlos.
- Recortar las uñas de los pies en línea recta en lugar de redondearlas.
- Inspeccione los pies regularmente (diariamente si tiene diabetes o pérdida de sensibilidad en los pies) para buscar cortes, ampollas, signos de infección, piel seca o descamada, objetos incrustados, cambios en lunares y otras marcas en la piel y cambios en las uñas de los pies.
Use zapatos que le queden bien y que estén diseñados para la actividad que realice. Tenga cuidado con zapatos abiertos, sandalias y chanclas: se han producido lesiones al usar este tipo de calzado en escaleras mecánicas y ascensores.
- Alterne los zapatos día tras día para permitir que se sequen.
- Mantenga la salud general comiendo bien, haciendo ejercicio y evitando fumar.
Mantener los pies sanos también incluye algunas cosas que no se deben hacer.
No.
- caminar descalzo, por el riesgo de lastimarse los pies y contraer una infección.
usar zapatos apretados o que no calcen adecuadamente, ya que causan problemas que van desde ampollas hasta daños graves en la estructura y forma del pie.
Compartir zapatos con otras personas, debido al riesgo de infecciones fúngicas en la piel y las uñas de los pies. Los zapatos pierden su soporte y amortiguación inherentes a medida que se desgastan. Además, el desgaste de los zapatos se adapta a la estructura y función de cada persona. Compartir un zapato puede obligar al pie a adoptar una posición completamente diferente. Por ejemplo, un pie pronado desgasta excesivamente el borde interior del zapato, por lo que compartirlo con alguien que tiene un pie supinado puede tener consecuencias devastadoras.
Remoje los pies en agua, ya que reseca la piel y aumenta el riesgo de que una herida abierta se infecte (debido a bacterias en el lavabo o la bañera). Si disfruta de la relajación de remojar los pies y tiene la piel intacta (sin descamación, grietas ni grietas), no los remoje más de diez o quince minutos dos o tres veces por semana.
Automedicarse las infecciones, ya que pueden propagarse y empeorar rápidamente, incluso en personas sanas. Si no tiene diabetes, puede automedicarse cortes y raspaduras menores, pero si tiene diabetes, mala circulación u otras afecciones que han comprometido su sistema inmunitario,
o si existe alguna duda de que el área pueda estar infectada, busque atención médica.
Use cremas de cortisona de venta libre u otras cremas con esteroides en heridas abiertas o abrasiones, ya que los esteroides pueden interferir con la cicatrización de la herida y agravar la infección. Las cremas con esteroides son más efectivas para la dermatitis, ya que tratan la erupción y alivian el enrojecimiento y la picazón.
Ignore los lunares y otras marcas en la piel que cambian de tamaño, forma, apariencia o color, o que empiezan a sangrar, debido a la posibilidad de que se trate de cáncer de piel. Cuanto antes se detecte el cáncer de piel, mejor será el pronóstico.
- Ignorar el dolor u otros síntomas que persistan más allá de dos o tres días, porque el cuerpo está indicando que algo anda mal.
Una persona sana, sin dolor ni dificultad para moverse y participar en actividades, no necesita una revisión periódica de los pies. Sin embargo, las personas con ciertos problemas de salud, como diabetes, mala circulación, un sistema inmunitario debilitado y trastornos nerviosos que disminuyen la sensibilidad en la parte inferior de la pierna o el pie, deben acudir al médico regularmente para una revisión de los pies, incluso si no presentan signos o síntomas específicos de problemas en los pies.
Incluso si usted está sano por lo demás, debe acudir a una evaluación médica si experimenta o nota:
- dolor persistente o hinchazón en el pie,
- decoloración de la piel o de las uñas de los pies,
- llagas que tardan en sanar o que no cicatrizan en el pie o el tobillo,
- ardor u hormigueo en el pie,
- dolor en el pie o el tobillo que empeora con la actividad,
- un aplanamiento del arco del pie,
- un lunar en el pie o el tobillo que cambia de apariencia,
- un bulto o protuberancia en el pie o el tobillo que aumenta de tamaño o se vuelve doloroso,
- un objeto extraño incrustado en el pie o el tobillo.
